-¿Y su mamá, dónde está? y aunque sé que su mente emigró a un mundo sin dolor ni agonía, le respondo:
-No sé, no sé a dónde se fue mi mamá - mientras acaricio su bello rostro.
(En verdad quisiera saber dónde está, ir por ella y traerla de vuelta)
Ella me ve entristecer y entristece conmigo.
- ¿Se murió? -me pregunta.
- No, gracias a Dios no, pero ya no me recuerda -le digo con mis ojos humedecidos, se humedecen los de ella y toma mi mano.
-Pero usted es muy buena. Ella la va a recordar...
Y entonces mis lágrimas no pueden sostenerse y me disculpo para ir hacia el jardín y llorar.
Regreso a su lado y ha olvidado nuestra conversación, yo he secado mis lágrimas y ella sonríe al verme, abraza su peluche y se convierte en mi niña, en mi bebé.
La bendición de tenerla a mi lado aunque ella no sepa quien soy me llena de alegría, me llena el alma.
Me quedo con la gran amistad y complicidad que tuvimos durante tantos años, con sus consejos, con su ejemplo, con su gran amor.
¿Dónde está mi mamá?
Ella está en todas partes, en mis recuerdos, en mis pensamientos...pero de manera especial, siempre estará en mi corazón.
Aunque triste, muy hermoso relato; tu mami vivirá en ti como lo expresas en el último párrafo de esta historia. Un abrazo Mapi.
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