martes, 19 de febrero de 2019

"VAMOS A VOLAR, LA COMETA EMPINAR"


En mi clase de español suelo trabajar con cuentos, música, vídeos y/o películas. Este año ganó “Mary Poppins”. Empezamos con la lectura del cuento de Pamela Travers, continuamos con la versión original en película para culminar con “Salvando al señor Banks” que es un hermoso entramado de la vida de la autora con la lucha de Walt Disney por obtener los derechos para filmar la película.

Hay algo fascinante en ambas películas, la primera a pesar de haberse realizado hace muchas décadas atrás tiene un imán que atrapa. Debo admitir que al inicio pensé que mis estudiantes (acostumbrados a otro tipo de caricaturas y mensajes) se aburrirían, mi sorpresa fue muy grande cuando observé su concentración, me entusiasmaba escuchar cómo la comparaban con las escenas del libro. Se quedaron con las melodías de las canciones, de la última en especial. Una vez analizado el aspecto narrativo y el mensaje implícito en esta obra procedimos a ver “Salvando al señor Banks” fue emocionante observar una vez más la fascinación en el rostro de mis alumnos al entender qué llevó a la autora a crear esta icónica obra infantil.

Hoy después de muchos años, al escuchar la canción de cierre de la película tuve un "flashback" como en “Salvando al señor Banks” la autora los tiene. El mío estuvo relacionado con la cometa y el fantástico momento en que mi padre hizo una para mí. Tendría yo cuatro o cinco años cuando mi papá regresó de su trabajo con un papel cometa rojo y unos ligeros palos para crear la forma de la cometa. Recuerdo la alegría del momento, en realidad la cometa estaba destinada a mi hermano, ellos la hicieron juntos mientras yo observaba o simplemente pasaba los materiales para su confección. La cometa era grande, hermosa, mi padre con papel cometa amarillo le hizo ojos y bigote, la cola era una tela larga amarilla que hacía juego con éstos, sobró papel cometa y palos, mi padre en vez de desperdiciarlos decidió hacer una “cometita” para mí. Ese detalle de mi padre lo llevo tan dentro del corazón, no importaba el tamaño, importaba su dedicación, la manera de decirme que me amaba, para mi cometa no alcanzó papel amarillo para hacerle una carita ¡¡qué importaba!! correr junto a mi padre para hacerla subir al cielo, verla volar junto a la de mi hermano, recordar sus risas, la mía, ese momento lo atesoro por siempre en el alma, en el corazón. 

¡Qué maravillosa  es la música! ¡Qué maravillosos son los cuentos! Te hacen soñar o recordar.