martes, 20 de septiembre de 2016

"OTRA OCASIÓN ESPECIAL"

¿Recuerdan la historia de aquella mujer que fue sepultada con un traje de lencería nuevo? Su esposo había encontrado ese atuendo íntimo guardado entre sus pertenencias, porque ella esperaba por una “ocasión especial” para usarlo y él con mucha tristeza la vistió con él el día de su velorio, porque dijo en tono sarcástico y al mismo tiempo doloroso: “Supongo que hoy es esa ocasión especial” y hace la reflexión de lo sucedido. Bueno, este breve preámbulo es el inicio para contarles la nueva manera de ver la vida para mí. Esta historia la leí hace tantos años ya y nunca fue tan evidente en mi vida como ahora.

En este año he sido sometida a dos cirugías en menos de seis meses, y la verdad nunca pensé que iba a pasar por una situación así en mi vida, ¡Jamás! Y al igual que la protagonista de la historia inicial, yo tenía guardada ropa y zapatos que los conservaba para una “ocasión especial”. Luego de salir de la segunda cirugía, la cual fue aún más invasiva que la primera, puesto que me tuvieron que cortar el intestino y no se descartaba la posibilidad de vivir con una colostomía por un tiempo, después de ello, me puse a pensar en que si Dios hubiera decidido tomar mi vida, hubiera dejado tantas cosas sin usar y sobre todo, hubiera dejado de hacer y decir tantas cosas, pensando en que podría tener tiempo para hacerlas el día de mañana. Fue entonces que recordé que esta mujer había muerto sin disfrutar de la suavidad de su ropa íntima y quizá sin la suavidad de un abrazo y de una palabra de amor a su esposo, quizá dejó muchas cosas para después.

Han pasado tres meses desde mi última cirugía y aunque mi cuerpo no tiene todavía el ritmo de antes, puesto que por dentro todavía está sanando, algo que se recuperó inmediatamente en mí fueron las ganas de vivir, de disfrutar cada amanecer así me muera de sueño por despertar temprano, del abrazo de mis padres, de las sonrisas de los amigos, del consejo recibido y por qué no también del enojo, del desacuerdo, de las lágrimas…disfruto todo, porque hasta lo que pensamos es negativo, llega a tener algo de sabiduría que nos enseña a mejorar o a superar errores y corregirlos.

Hoy me veo en el espejo y veo a una mujer llena de vida, porque es lo que refleja mi alma. Renovada, con ganas de comerme el mundo nuevamente. Soy una mujer que saca las etiquetas de sus vestidos nuevos y los luce como si cada día fuera a una fiesta, que abre la caja de sus zapatos y calza  aquel par de zapatos de tacón que estaba destinado sólo para fiestas, que destapa su perfume favorito y se lo pone para que sus estudiantes, amigos y compañeros perciban su aroma. Hoy me veo en el espejo y veo el brillo de mis ojos, el brillo de mujer enamorada, enamorada del amor y de la vida, y sé que NUNCA más dejaré algo para luego, nunca más guardaré un “te quiero” para después, jamás esconderé mi amor por las personas por orgullo ni por vergüenza, abrazaré cada día como si fuera el último y comeré lo que pueda mientras me esté permitido, cantaré con el alma así mi voz no tenga registro alguno, bailaré las canciones de mi juventud y las modernas que más me gusten, me sentaré frente al mar bajo una sombrilla y mostraré orgullosa mis cicatrices de guerra, tomaré las margaritas que tanto me gustan, porque la vida es mía y siempre he pensado ha sido mi mayor presente.

Hoy me veo en el espejo y digo GRACIAS, gracias porque puedo hacerlo y tuve la oportunidad de no dejarlo para después.

Hoy es un día especial, por lo tanto he escrito esto, ¿Por qué iba a dejarlo para luego?